Cuando una empresa necesita capital de trabajo, la primera opción que suele venir a la mente es pedir un préstamo bancario. Pero no siempre es la mejor. Existe una alternativa que cada vez más MYPES peruanas están utilizando para financiar sus operaciones sin endeudarse: el factoring.
El factoring te permite adelantar el cobro de tus facturas por cobrar. Es decir, vendes esas facturas a una entidad de factoring y recibes el dinero en cuestión de días, sin garantías ni trámites complejos. En cambio, con un préstamo bancario, necesitas pasar por evaluaciones largas, tener buen historial crediticio, presentar avales y, al final, asumir una deuda que deberás pagar con intereses.
¿Qué nadie te cuenta? Que el factoring puede ser más barato, más rápido y menos riesgoso. No afecta tu capacidad de endeudamiento, porque no es un crédito. Solo estás usando un dinero que ya es tuyo, pero que aún no llega. Además, el proceso suele demorar entre 24 y 72 horas, mucho menos que los préstamos tradicionales.
Otra diferencia clave es que el factoring se adapta al ritmo de tu negocio: puedes usarlo solo cuando lo necesites, sin comprometerte a cuotas fijas mensuales. Es flexible y escalable, ideal para empresas que trabajan con clientes grandes o con plazos largos de pago.
En resumen, si tu empresa tiene ventas pero no liquidez, el factoring puede darte el impulso que necesitas, sin cargar con una deuda ni depender del sistema financiero tradicional.