El factoring se ha convertido en una herramienta clave para las micro y pequeñas empresas peruanas que enfrentan pagos diferidos y necesitan liquidez inmediata. En términos simples, consiste en vender tus facturas por cobrar a una entidad financiera o empresa de factoring, que te adelanta el monto, descontando una pequeña comisión. Así, en lugar de esperar 30, 60 o más días para cobrar, accedes al dinero en cuestión de horas o pocos días.
En el contexto peruano, donde muchas MYPES luchan contra la falta de acceso a financiamiento tradicional, el factoring representa una solución real y accesible. No se exige historial crediticio perfecto ni garantías complicadas. Solo necesitas una factura válida por cobrar y una empresa cliente con buen respaldo.
Este mecanismo está ayudando a miles de negocios a sostener su operación diaria: pagar planillas, comprar insumos, invertir en marketing o cumplir con compromisos urgentes. A diferencia de los préstamos bancarios, no genera deuda, ya que se basa en ingresos futuros que ya están comprometidos.
Además, con el impulso del factoring electrónico y la facturación digital, hoy es más fácil y rápido acceder a este servicio. Cada vez más emprendedores peruanos lo ven no como una solución de emergencia, sino como una estrategia financiera para crecer de forma sostenible.
En resumen, el factoring no solo resuelve problemas de caja: cambia la forma en que las MYPES manejan sus finanzas, dándoles más control, agilidad y proyección.